En este espacio quiero compartirles mi viaje personal hacia el autocuidado docente, una travesía que ha transformado mi perspectiva sobre la carrera y me ha permitido vivirla con menos angustia y más positivismo.
Alimentando mi Cuerpo, Nutriendo mi Alma: 🍏✨
Empecé por cuidar mi alimentación, entendiendo que lo que consumo no solo impacta mi salud física sino también mi energía y claridad mental en el aula. Optar por alimentos nutritivos se convirtió en un acto de amor hacia mí misma y mis alumnos.
Espacios para el Alma: 🎨🌳
Incorporar actividades fuera del ámbito educativo se volvió fundamental. Hobbies como dibujar, escribir, leer y momentos en mis lugares favoritos me han brindado una pausa necesaria, recordándome que soy más que mi rol docente.
Vibras Positivas, Energía Renovada: 🌟🤝
Conectar con personas positivas y vibrantes ha sido clave. Rodéate de colegas que te inspiren, comparte experiencias con ellos y mantén tu círculo lleno de buena vibra. La energía de quienes te rodean influye en tu bienestar.
Tomando Respiros, Recargando Energías: 🌬️💆
Aprender a tomar respiros y descansos conscientes me ha ayudado a mantener una energía equilibrada. La práctica de la atención plena y pequeños momentos de pausa son como recargas para enfrentar los desafíos diarios.
La Terapia como Aliada: 🤲💬
No subestimes el poder de la terapia. Buscar apoyo profesional me ha permitido abordar desafíos desde una perspectiva más clara y compasiva, contribuyendo a mi bienestar emocional.
Ser Compasiva, Quedarme con lo Bueno: ❤️🌱
Practicar la compasión, tanto hacia mis alumnos como hacia mí misma, ha sido esencial. Aprender a quedarme con lo bueno, reconocer mis logros y aceptar las imperfecciones ha marcado la diferencia.
Cuidarme se ha convertido en una herramienta poderosa para vivir mi carrera como profesora con intención y positivismo. ¡Animo a cada una de ustedes a explorar su propio viaje de bienestar docente! 💪🍎
¡Que este nuevo año escolar esté lleno de autocuidado, bienestar y una enseñanza que florezca desde el amor propio! 💖📚